Como ya comentamos anteriormente, la riqueza social se va construyendo a través del tiempo, y esa fortuna estará basada en la cantidad de relaciones humanas significativas que usted pueda construir en el transcurso de su existencia.
Las relaciones significativas no se miden por la cantidad de personas que se tiene alrededor, sino más bien, por la calidad y profundidad con que éstas se desarrollan, tanto a nivel mental como emocional, por el aporte que éstas nos proporcionan. Las relaciones significativas se desarrollan con personas. En estas relaciones no hay sexo, o sea, que esa persona significativa puede ser tanto un hombre como una mujer.
¿Qué es una relación significativa?
Una relación significativa es aquella en la cual usted puede abrirse en todo su ser como la otra persona también, y en esa apertura es donde surge la riqueza de la relación, al compartir contenidos profundos como son las distintas situaciones vividos a lo largo de nuestra historia personal; la expresión de los sentimientos ante acontecimientos diversos, las actitudes asumidas ante circunstancias agradables y desagradables; hablar de nuestras necesidades psicológicas como la aceptación, atención, aprobación, importancia, utilidad, consideración y dignidad; pensamientos como creencias, interpretaciones, juicios, como formas de ver las cosas.
¿Cuáles son las cualidades de una relación significativa?
- Tienen una identidad separada.
- Hay necesidades por el otro, sin éste se sobrevive.
- Cada uno asume la responsabilidad por su propia felicidad, y se abstiene de culpar al otro.
- Ambos son capaces de divertirse y estar juntos.
- Manejan adecuada y constructivamente el conflicto.
- Cada quien hace su esfuerzo por mantener vivo el interés mutuo y de nutrir la relación día a día.
El carecer de ellas puede generar ansiedad generalizada, tristeza, desolación y hasta depresión debido a experimentar vacío emocional y pérdida de sentido de vida.
