Aquí expongo una serie de conductas o comportamientos que muchos líderes asumen sin darse cuenta de que éstas en lugar de favorecer su credibilidad, admiración y respeto, les afectan seriamente en su personalidad, haciendo que sus seguidores tengan reservas ante ellos y condicionen su colaboración por los beneficios que pueden llegar a obtener y actúan no por convicción a los ideales expuestos.
El orden en el que los enlisto, no tienen ninguna distinción, pues todos afectan de manera negativa en la persona que los practica y merman la disposición de los seguidores a participar comprometidamente en los proyectos, programas, planes o metas, organizacionales o grupales, incitando a laborar bajo la conveniencia y egoísmo y estas son:
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Soberbia
Se trata de una sensación de superioridad que generalmente despierta algún tipo de desprecio ante quienes les rodean. Asimismo, las personas soberbias tienen grandes dificultades para aceptar sus limitaciones o se les complica practicar el reconocimiento a los demás porque es una manera de aceptar su vulnerabilidad.
Genéricamente se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros en el afán de superar, alcanzar o superponerse a una cualidad, personalidad o bien en alcanzar un estatus elevado e infravalorar al contexto. También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. El dinero y una buena posición alimenta la soberbia en cuanto a cómo la confianza exclusiva en las cosas vanas y vacías cayendo en la vanidad y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado manifestando el narcisismo o la prepotencia. Otras conductas asociadas a la soberbia son la altivez, arrogancia, vanagloria, y todas ellas van encaminadas a satisfacer necesidades de ser visto, considerado, admirado, estimado, honrado, alabado e incluso halagado por los demás hombres y con ello puede además incitar la filargiria, amor al dinero o sed de poder.
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Dominancia
La persona dominante se caracteriza porque le gusta tener el control sobre los demás o algo. Se trata de saberlo todo y de considerarse como la persona responsable y más apta para tomar cualquier decisión cuando sea necesario. Ante esta postura, descalifica o ignora a los demás generando con ello dependencia y desánimo.
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Frialdad
Se trata de un defecto que se relaciona con la indiferencia, ya que la persona que se caracteriza por ser frívola, tampoco suele conmoverse ante la vulnerabilidad que experimenta el otro. Se vuelve insensible y distante ante el dolor o necesidad de los demás.
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Intransigencia
Este defecto se caracteriza en que las personas son incapaces de aceptar los comentarios, ideas o sugerencias de otros si no van acorde a sus propios intereses, personales formas de percibir o interpretar las cosas o situaciones y al final no los consideran como correctos. Parten de la creencia de que ellos tienen la verdad absoluta, el pensamiento correcto, por tanto, son incapaces de reconocer que otro tenga la razón. Se aferran a sus ideas y no escuchan razones, por tanto se vuelven individuos voluntariosos o caprichudos.
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Perfeccionismo
Se trata de un defecto que conlleva al trabajo arduo y continuo porque nunca se ve acabado perfectamente aquello que se hace. Esto genera altos niveles de estrés y angustia, y siempre hay una sensación de insatisfacción con el resultado final, aunque sea correcto, generando en las personas la sensación de no ser suficientemente buenos, incidiendo en el resquebrajamiento de la confianza en sí mismos y en la motivación por participar y experimentar.
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Negación
Se refiere a vivir en negación, es decir, las personas niegan su realidad, son incapaces de aceptar los problemas que tienen, aun siendo conscientes de ello, y por lo que no hacen frente a tales situaciones.
Esta manera de actuar, por lo general, conlleva a más problemas o a agravar la situación actual porque la persona suele decir mentiras al respecto, a evadir lo que pueda estar sucediendo minimizando los hechos o consecuencias para evitarse conflictos que incomodan u olvidar aquello que le aqueja. Se trata de un defecto que enfatiza la incapacidad para resolver las dificultades que se nos presentan a lo largo de la vida, ya sea, por ignorancia o inseguridad.
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Actitud Defensiva
Las personas que tienen una actitud defensiva son aquellas que tienen dificultades para aceptar la opinión o comentarios de los demás. Se cierran ante otras perspectivas que les ponen en evidencia sus defectos al sentirse atacados y con ello dolidos en su confianza en sí mismos o en su valía personal. Por lo general, se trata de un problema de comunicación que puede terminar en disputas o agresiones. Escuchan no para comprender a los demás, sino para rebatir e imponer su punto de vista.
Sin embargo, también se puede decir que el perfeccionismo puede resultar positivo porque la persona es más exigente consigo misma e invita a elevar aún más el nivel de actuación pujando a que aflore el potencial de las personas. En este caso, es mejor entender de una vez, que en el hombre no cabe la perfección, eso es para las máquinas, dispositivos, equipos, objetos o cosas, en el hombre cabe la excelencia, siempre la posibilidad de edificar una mejor versión del sí mismo, del ser. Sin embargo, es conveniente regular la idea del perfeccionismo, ya que es muy común en áreas técnicas tener un modelo mental de esa característica, y sin darse cuenta, se empieza a tratar a la gente como objeto o máquina que como sujeto y se llega a satanizar el error, generando una cultura crítica, amenazante que llega a destruir la participación, la iniciativa y la colaboración.
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Superficialidad
Las personas superficiales son aquellas que están constantemente atentas a su apariencia física y a cómo lucen los demás, es decir, enfocados a cuidar su imagen. Esto incluye, no solo vestimenta y accesorios, sino dinero y demás lujos, enfocados en cómo presentarse o actuar en aras de hacerse notar. Este defecto conlleva al narcisismo y a ser poco críticos, incluso, demuestra baja autoestima.
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Crítica Destructiva
Todos sabemos que las críticas pueden ser tanto constructivas como destructivas. Las primeras tienen como intención ayudar a los demás a mejorar. Las segundas son aquellas que en vez de aportar algo positivo, hacen daño al descalificar lo positivo que tienen las personas.
La crítica en general, se vale de comentarios negativos a fin de hacer sentir mal o afectar a otra persona. Por ejemplo, criticar la manera en que otro realizó un trabajo en particular y sólo porque no cumple con la forma peculiar de pensar del líder
- Manipulación
Este patrón de conducta está relacionado con el ingenio mal encausado que una persona llega a ejercer sobre otra para obtener un fin determinado. Es una conducta ruin al aprovecharse malévolamente de la ignorancia o buena fe de las personas. Por lo general, es algo bastante negativo, ya que el manipulador busca influenciar las acciones y mente de la víctima, distorsiona la realidad y se vale del argumento encubierto, de mentiras, de ideas catastróficas y del chantaje.
- Deslealtad
Este defecto en la conducta que es debido a la falta de claridad sobre el valor de la lealtad, provoca lo que se le conoce como traición. Ésta puede acabar con amistades, relaciones amorosas, vínculos laborales, sociedades al romper con acuerdos, compromisos, promesas libremente elegidas o legalmente aceptadas.
La persona desleal antepone sus intereses personales a toda costa, y es capaz de acomodarse con las personas o ambientes a su conveniencia en menoscabo a cualquier compromiso adquirido con sus seres queridos o personas que confiaron en él o ella trastocando así la confianza, por lo tanto, sabotea proyectos, afecta en diferentes formas a personas implicadas, hiere profundamente sentimientos y genera malestar y decepción para el resto de la vida.
- Agresividad
Las personas agresivas o más bien violentas, se caracterizan por enfadarse rápidamente, explotar desproporcionadamente ante algo inesperado o indeseable mostrando muy poco control emocional y como consecuencia de su reacción impulsiva, tienden a actuar de manera violenta, verbal o físicamente. En el primer caso, suben el volumen de voz y llegan hasta a gritar, utilizan un tono de voz tajante, utilizan expresiones groseras, hirientes o amenazantes; en cuanto a la parte física, llegan a maltratar y golpear a la persona que tienen enfrente haciendo gala de su fuerza. En ambos casos se manejan irrespetuosamente y es común que ni siquiera son receptivos a las críticas o comentarios o clemencias de sus víctimas.
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Conservadurismo
Una persona conservadora puede ser considerada en estos tiempos como un defecto, ya que hace referencia a la negación o miedo de tomar decisiones por no aceptar los cambios. Ante todo, defienden y se apegan a lo que marcan las tradiciones y cuestionan, critican o rechazan los nuevos estilos de vida o de trabajo que irrumpan con lo infundido una generación tras otra. Esto se ha evidenciado muy claramente ante el confinamiento como medida de protección y no proliferación del COVID-19, en el que para seguir con las dinámicas de trabajo, las sociedades se apoyaron en la tecnología para interactuar de manera remota y virtual, hecho que generó resistencia y suspicacia por parte de la gente.
En otro sentido, el que miembros de una organización busquen y opten por lograr resultados de manera distinta aunque bajo el marco ético establecido, cuestionen o inclusive se salten pasos de un proceso de trabajo, pueden ser seriamente reprimidos y señalados al no apegarse a lo generalmente aceptado, pero no cuestionado o analizado; o el hecho de que un joven no siga los lineamientos conservadores de la familia y rompa tales esquemas, se convierte en materia de crítica y rechazo.
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Corruptibilidad
Esta se refiere a los actos de corrupción e incorrectos que las personas llevan a cabo a fin de obtener un beneficio particular como, traiciones, sobornos, violar la ley, eliminar las garantías de un acuerdo, no declarar impuestos, entre muchos otros. Cuando se trata de sobornar sutilmente a líderes de opinión otorgándoles regalos con tal de promover sus productos u ofrecerles dinero a encargados de compras de empresas con las que se puede hacer negocio con tal de vender y cumplir cuotas.
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Autoritarismo
Este estilo de gestión se refiere a las personas que ejercen el poder en exceso que les otorga la organización, de allí que actúen bajo la intolerancia y la frivolidad. La persona autoritaria cree que siempre tiene la razón, por tanto, le gusta y espera que sus órdenes deben ser cumplidas al pie de la letra sin discusión alguna. Por tanto, se vuelven intolerantes, proyectan cerrazón y son altamente voluntariosos, y no acepta que un subordinado le haga ningún tipo de corrección o sugerencia.
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Incompetencia
Esta conducta defectuosa tiene que ver con la falta de conocimientos o aún peor, falta de capacidad física o cognitiva para ejercer alguna función o para realizar una tarea. La incompetencia hace que la persona sea temerosa, no tome decisiones, se vuelve manipuladora y tiende a ser desleal ante los errores dado que es capaz de sacrificar a cualquiera de sus colaboradores con tal de cubrirse y evitar verse afectado, pudiendo conllevar a grandes problemas tanto a su personal a cargo como a la organización a la que pertenece.
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Fanatismo
El fanatismo conlleva a actuar de manera irracional y sin medir las consecuencias de lo que se hace. Asimismo, la persona fanática solo toma en cuenta su opinión o preferencia de acuerdo a su sistema de creencias, ya que considera como acertadas sus opiniones y comentarios y que son los demás quienes están errados. Idealiza aquello con lo que se identifica y esa afinidad le nubla la razón para ver otras perspectivas.
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Cinismo
Este defecto de la conducta conlleva a la violencia, de allí que sea bastante negativo. La persona que se caracteriza por ser cínica miente, roba, es egoísta y también agresiva, por tanto, acostumbra a tomar actitudes negativas. Por lo general, no se arrepiente de sus actos, sino al contrario, se jacta de ser inteligente y se llega a sentir orgullosa de su comportamiento o decisiones. Es una mala influencia dado su comportamiento mañoso, marrullero, en el que busca sacar el mayor beneficio a costa de los demás. Un cínico no tiene vergüenza de asumir que mintió por obtener un beneficio propio.
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Racismo
El racismo es una postura de pensamiento sumamente dañino, bastante negativo porque implica, intolerancia, rechazo y desdeña a todo aquel que no encaja en su sistema de creencias y valores. La persona racista puede infundir el odio e incitar agresiones ante injusticias sin motivos ejercidas hacia todos aquellos que considere inferiores o diferentes a su condición como atacar, menospreciar, o ignorar a algún género, a alguien que tenga una preferencia sexual diferente, que sea de la categoría de ancianos o minusválidos, migrantes, gente otro color de piel, individuos que profesen otra religión, etc., Se caracterizan por ser fanáticos, rígidos, radicales, insensibles y agresivos.
20. Mezquindad
Es una actitud que refleja un comportamiento altamente defectuoso bajo el argumento de ahorrar recursos. En este caso, la persona mezquina no acostumbra a practicar la generosidad ni compartir sus bienes con aquellos que necesitan de algún tipo de ayuda o apoyo. Se acostumbran a manejarse en los mínimos y hacen ahorros muchas veces mal entendidos, generando consecuencias nefastas tanto dentro de la organización en las que laboran como también llegan a dañar la calidad en el servicio al cliente. Se cuentan con recursos, tienen dinero presupuestado y no invierten con tal de ahorrar. Generan rezagos, estancamiento y obsolescencia.
Estas 20 conductas son erróneas por los efectos negativos que genera en su entorno, ya que trastoca la confianza de los colaboradores o seguidores, afecta la credibilidad hacia el líder, se cuestionan los proyectos, se inhibe la iniciativa y participación, se despierta la indignación ante injusticias y finalmente incita a la rebelión, pasiva o activa, generando altos costos de operación y sociales.
Ahora, en con el deseo de mejorarte como persona, en un acto honesto de introspección, te invito a que tú mismo señales en qué conductas te identificas y te pongas a reflexionar:
- ¿Desde dónde lo haces?
- ¿Qué te aporta actuar así?
- ¿Qué emoción es la que te incita a actuar de esa forma?
- ¿Cuáles son las creencias o juicios que sustentan o justifican ese comportamiento?
- ¿De dónde crees que viene ese aprendizaje?
- ¿A qué le temes si llegas a cambiar?
- A partir de ahora que eres consciente, ¿Qué quieres hacer al respecto?
- ¿Qué te gustaría hacer diferente para empezar a tener un comportamiento más apropiado?