Nos interesa compartir contigo nuestro pensamiento acerca de la vida y su importancia para luego sobre esa filosofía abordar el tema de Coaching de Vida.
Carlos y yo tuvimos recientemente la enorme oportunidad de guiar una sensibilización a los asistentes -algunos familiares de las víctimas, otros representantes de organizaciones militares y sociales, gobierno, prensa y muchos otros ciudadanos libres y conscientes de la situación actual- que se dieron cita en la inauguración del “Memorial para las víctimas de la Violencia” en la ciudad de México, como un tributo a todos aquellos afectados por la violencia en cualquiera de sus formas, asesinatos, desapariciones, violaciones, maltrato, explotación, como también, ser un lugar que nos recuerde permanentemente que debemos de erradicarla a toda costa, y lejos de ser sólo un acto solemne como muchos otros más, este evento de clamor y repudio por parte de la sociedad civil, nos dejo grandes reflexiones acerca del valor de la vida.
En realidad ¿qué es la vida?¿Cuál es su valor? ¿Cómo se aprende a valorar la vida en sí misma y la de otros? La vida es ese espacio donde el Ser se manifiesta y despliega sus alas para crecer, experimentar, aprender, amar y trascender, en ello surge en cada quien la necesidad innata de conseguir su mejor versión. No sabemos si fuimos nosotros los que elegimos vivir o sucedió como algo fortuito o circunstancial, sin embargo, al margen de ello, cada uno de nosotros ya está aquí, cuenta con la vida, y por ende ¡está vivo! Por tanto cabe preguntar, ¿Qué hace con su propia vida día con día? Resulta que la vida no es lo que ya sucedió o está por venir, ni las cosas que en el futuro queremos realizar, sino ésta se manifiesta instante en instante y nos invita a reflexionar en cómo es que la vivimos, es decir, con qué actitud nos postramos frente a la vida, pues queremos decirles que de la filosofía de vida que tengamos esa es la vida que tendremos.
La vida está diseñada para que tú, a través de la serie de vivencias que tengas, sean como sean, catalogadas como buenas o malas, agradables o desagradables, alegres o tristes, hagas de todas ellas fabulosas experiencias al rescatar aprendizajes; lecciones que te inviten a ser mejor persona, y así te acerques a lo que verdaderamente eres y no a lo que crees ser, convirtiéndote por convicción propia en un mejor ser humano, capaz de enaltecer tu humanidad y dignificar tu identidad por medio de actuar en conciencia.
Podemos empezar aquí y ahora a encontrarle sentido a nuestra vida. Podemos hacer de cada instante una oportunidad para cambiar y prepararnos de todo corazón a encontrar lo mejor de la vida, paz, amor, gratitud, amistad, abundancia, armonía, felicidad.
El haber participado en este evento nos llevo a la reflexión de ¿Qué hemos hecho como humanidad para no apreciar la vida? ¿Dónde perdimos la capacidad de amarla y respetarla? ¿Qué ha sucedido en nosotros que nos sentimos con el derecho de agredir a nuestros semejantes? ¿Qué nos lleva al abuso o prepotencia de cegarle la vida a alguien o coartarle su libertad y dignidad para explotarle? ¿Qué nos conduce a ser tanto daño? ¿Cuál es la conciencia que tenemos que alcanzar como humanidad para Honrar la Vida?
De ahí nuestro interés en desarrollar un Programa de “Coaching de Vida” donde el participante aprenda a responsabilizarse de su propia existencia, y con ello, sea él quien diseñe su propio futuro y así, no sólo rescate los valores como el amor, respeto, agradecimiento y aprecio por la vida, sino además, prepararse para ayudar a otras personas (Coacheé) a tomar conciencia del diseño de una vida significativa que por sí misma ya tiene valor.
Coaching de Vida es una metodología que utiliza diversas técnicas de intervención que le permiten al Coacheé explorar sus intereses para después diseñar un proyecto de vida significativo y trascendente, despertando aquellos recursos potenciales de la persona y dirigirlos a sus más altos anhelos en aras de lograr una vida plena y que a través de su transitar, aprenda a apreciarla, amarla y valorarla.
¿Cuándo es conveniente apoyarse en un Coach de Vida? Hay muchas razones que lo justifican, principalmente cuando aparecen situaciones cambiantes que nos conflictúan, confrontan o sacuden, caracterizadas por pérdidas de toda índole, como por ejemplo, muertes, accidentes, desempleo, divorcios, infidelidades, quiebras, asaltos, secuestros, enfermedades, etc., y que por desgracia, ante tales escenarios, no sabemos qué hacer y mucho menos hacia dónde dirigirnos. En nuestra experiencia es increíble que haya muchas personas que no saben qué es lo que quieren en la vida, y simplemente se abocan al acontecer diario, llenándose de actividades sin dirección alguna, con la esperanza de que en algún momento algo diferente tiene que suceder. Decimos que hay dos tipos de personas, aquellos que esperan a que la vida los favorezca en un momento dado y las otras que deciden ir por lo que quieren de la vida, o sea, unos esperan a que las cosas sucedan y otros son los que hacen que las cosas sucedan.
En un proceso conversacional, el Coach y el Coacheé se dan a la tarea de explorar aquellos significados más relevantes de la persona para el diseño de una vida más valiosa y gratificante, que le haga decir “Vale la pena vivir”
En nuestra experiencia al trabajar con el Modelo de Coaching de Vida, el Coacheé toma conciencia de sus recursos y áreas potenciales, así como encontrar la manera de maximizarlas y por resultado hay motivación para actuar en consecuencia, además de querer hacer de cada situación una experiencia enriquecedora. Sólo cuando concientizamos el fin último de la vida que es convertirse en lo mejor que está uno llamado a ser, luego entonces encontramos el mayor de los propósitos y por ende el valor de la vida.
El mensaje fundamental que queremos darles es que: la vida es simplemente la vida, y va a transcurrir contigo o sin ti, con tu anuencia o desaprobación, con tu involucramiento o sin él. Sin embargo, somos nosotros los únicos que le podemos otorgarle ese gran valor al descubrir y definir nuestros más altos propósitos y alistarnos en actuar en pos de ellos, bajo una enorme esperanza de realización.
Sólo así es como podemos recobrar el amor y el respeto por la vida, otorgándole aprecio, agradeciendo por todo aquello que aparece y está a nuestro alrededor; pero para ello, es necesario abrirnos a ella volteando nuestro rostro a ese espacio de posibilidades donde la esperanza reside y lanzarnos a la aventura y conquista de nuestras metas, atreviéndonos a salir de esa nefasta área de conformidad, que limita, ahoga y hunde a las personas en una tremenda desesperanza, impotencia o desmerecimiento.
Cabe hacer la última reflexión sobre este tema, y es que actuamos con la fe o expectativa de que vamos a vivir muchos años, por lo que relegamos muchas cosas importantes, sin embargo, no reparamos en que nadie tiene la garantía de llegar a la vejez, es más, la garantía de llegar hoy sanos y salvos a casa o amanecer mañana. Es por ello que debemos asumir la responsabilidad de nuestras vidas y hacer lo que sea necesario para diseñarla y realizarla, dado que contamos con una libertad ilimitada, eso nos faculta para elegir la manera en que queremos aprovechar la vida.
¿De qué manera queremos seguir viviendo? Nuestro deseo es honrando la vida y celebrándola con todo lo que ella tenga aquí y ahora. Aquellos que hemos pasado por experiencias que nos han llevado al borde de la muerte, comprendemos cuan frágil es la vida, somos nosotros los que sabemos mejor que nadie, hasta qué punto es valiosa, y que en realidad para vivirla plenamente aprendimos a ser más sencillos, a voltearnos a ver en su sencillez la grandiosidad de ella.
La paz sólo viene de la tranquilidad del alma.
Date cuenta que los momentos más significativos en tu vida son momentos de fe, esperanza, amor y visión.
La persona plenamente viva va por la vida con la confianza de que si uno está vivo y funcionando con todo su potencial, el resultado será la armonía y no el caos.
Abierto a todas las experiencias son capaces de expresar sentimientos de admiración, terror, ternura, compasión, agonía y éxtasis, amor.
La vida tiene el color del gozo y el sonido de la celebración.
Mi oración: “No permitas que muera sin haber vivido y amado con plenitud”
